Días después del “cerco al
Congreso” por los, según fuentes oficiales, “seis mil” indignados por la
actuación política que nos toca soportar (no se ruborizan ante tan flagrante
falsedad, desmentida por la imágenes en vivo y en directo que trasmitían las
redes sociales), algunos se extrañan de que los movimientos secesionistas se
aviven. Basta ver la imagen del Presidente de Gobierno, paseando su figura por
la sexta Avenida de NY, con habano en ristre cuál típico rico de viñeta, para desear
ser de otro planeta. No digo ya de otro Estado, o territorio, no: de otro
universo. Siempre he pensado que los altos cargos tendrían asesores de imagen
capacitados para favorecer la de su protegido, a tenor de los sueldos que
reciben. Que así como, supongo, le indican que se tiña el pelo creyendo que
esto le hará más atractivo, le sugerirían que no fume en público, y menos esos
vegueros que se gasta. Pues bien, o los asesores son unos ineptos o el inepto
es el Presidente que no les atiende. Ahora que la otrora Presidenta de la
Comunidad de Madrid, ha dejado el puesto, podría darle algunas clases de
populismo, en lo que, junto con el golf, es una experta. Su despedida del
puesto, con la lágrima a punto de brotar, era digna de las mejores representaciones
teatrales. Tanto que el sucesor no pudo evitar estallar en emocionado llanto
que complació a la concurrencia (de su partido claro). La política es en gran
parte escenificación y forma. El President Mas, ha buscado el momento y la
forma para tapar su “recortada” gestión con el señuelo del plebiscito, que sin
duda aumentará su representación parlamentaria. Después… Dios dirá. El
Lehendakari Patxi López escenifica la suya, que sin duda tiene más logros que los
que se empeñan sus adversarios en denunciar, en conferencias y reuniones. El
aspirante Urkullu, luce sus mejores galas con el empresariado vizcaíno, sin
ahondar en sus propuestas económicas, siempre atento a esa Izquierda Abertzale,
tan educada, universitaria y complaciente, en la que ya muchos, de Batasuna “de
toda la vida”, no se reconocen y otros empiezan a ver con simpatía. Así son las
cosas.
la mirada del paseante
se muestran aquí las colaboraciones que desde el año 2004 viene realizando el autor en la contraportada del Diario de Noticias de Álava.
sábado, 29 de septiembre de 2012
sábado, 22 de septiembre de 2012
¿SENYERA O ESTELADA?
“Catalunya clama ahora por la
independencia, tras no conseguir que el Presidente Rajoy acceda a las pretensiones
del President Mas”. Algunos políticos ven, en la actitud de Cataluña – de su
President – un profundo error, solo justificable por el deseo de convocar
elecciones anticipadas.- ¿Elecciones? - Si, “para anunciar un proyecto nuevo en
donde prevalezca la voluntad del pueblo sobre la Carta Magna ”. Bien, si
es así podremos conocer cual es la opinión de la ciudadanía en lo que supone
empezar el largo y dificultoso proceso hacia la secesión. Este
proceso no debería asustar a nadie, ya hay antecedentes que lo recorren con
tranquilidad y opiniones cambiantes, y menos a unos gobernantes que han
demostrado una capacidad inexistente de llegar a acuerdos. Pero debería
alguien, mejor quien lo propone, explicar en qué consiste, y no “dar por
cerrado el camino del entendimiento” pues esa frase ya lleva implícito el
final: ¿si no hay entendimiento qué queda por hacer? ¿La guerra? Lo que sucede
en Cataluña, y ya antes, matizado, sucedió en Euskadi, sucederá en Galicia y
porqué no, en Andalucía. Es el resultado inherente a un fracaso de Estado
Autonómico, producto temporal del miedo a la involución y de una transición
inacabada. Y todo ello agravado por una clase política desprestigiada, cuando
no claramente corrupta, unos partidos políticos de férreos aparatos
controladores del poder y una crisis económica traída por los mismos que dicen
querer sacarnos de ella. Con este cóctel a quién le puede extrañar que los
ciudadanos salgan a la calle y pidan cambiar -¿de qué? - De todo, de gobierno,
de estado y de camisa, si es que todavía les quedan dos. ¿Es ahora el momento?
Para los que tienen que cambiar, nunca lo es. La crisis, las elecciones, los
cambios de gobierno…todo justifica dejar que las cosas sigan pudriéndose en el
marco incomparable de esta España de charanga y pandereta, que denunció
Machado, y a la que nos han hecho volver los que desde hace ya algún tiempo pilotan
la nave.
sábado, 15 de septiembre de 2012
VUELTA AL CURSO.
¿Pero al curso de qué? Al curso
de los acontecimientos que a cada momento se suceden en este ensombrecido país
y que dejan sin resuello al más pintado. Una economía de la que desconfía todo
el mundo: unos porque saben lo que está pasando y otros porque, sin tener idea,
nos tememos lo peor. Una justicia vacilante y tantas veces arbitraria que
confunde los derechos con la venganza en la aplicación de las penas. Una
configuración del Estado que ahora parece no gustar a nadie, unos porque quieren
la independencia como remedio a todo y otros porque quieren volver a aquel
estado centralista y jacobino cuyas decisiones pasaban siempre por la Puerta
del Sol de Madrid. Unos partidos políticos que quieren consolidar su vocación
de aparatos de poder tomando decisiones al margen de la opinión de las personas
que los integran e incluso liquidando a la disidencia, cuando la hay, por el
mero hecho de serlo. Unos gobiernos que salvo muy pocas excepciones, siguen al
dictado las consignas que llegan de los poderes económicos que siempre
perjudican más al que menos tiene. ¡Haremos lo que Dios manda! – clama Rajoy –
y deja desconcertada a una audiencia que no sabe lo que le viene encima. - Los
pensionistas son los más débiles, así que no se tocarán las pensiones, “de
momento”- y en este “de momento” presentimos la certeza de la bajada inminente.
¿Cómo quieren que tenga alguien confianza? Hasta la reforma laboral que ha
aumentado los despidos, EREs y demás procedimientos liquidatorios a favor del
empleador, fue ensalzada por un Presidente que no se plantea, ni por asomo, la Cuestión
de Confianza e insiste, una y otra vez, en la maldad del déficit público, que
él mismo alimenta enviando al paro a profesores, médicos y trabajadores
públicos y privados. – No es hora de algarabías – contesta a la pregunta sobre
las ansias de mayor autonomía para tomar decisiones o independencia para ello,
como si propuestas no ortodoxas con el poder establecido solo fueran “ruido” y
ganas de molestar su inanidad dolosa. ¡Dejad descansar en paz al Presidente!
domingo, 13 de mayo de 2012
LAS NOTICIAS
Escuchar la radio por las mañanas
se ha convertido en una nueva forma de suplicio con tintes masoquistas. Los
adjetivos aplicados a la situación económica – rayan lo inconmensurable – se
escucha, tras detallar las nuevas del día que siempre resultan más preocupantes
que las del anterior. (Al llegar a este punto, y comprobar las continuas
contradicciones con lo que escuchamos hace pocas horas, y las medidas que se
toman “que nunca tomaremos” en palabras de Rajoy, quieres cerrar las escuchas y
entrar en esa especie de sopor resignado que sufren los que indefectiblemente
se encaminan al sacrificio). Para complicar aún más las cosas, el líder popular
vasco aporta su granito de arena desdiciéndose de lo que hasta la fecha había
mantenido y anunciando, casi subrepticiamente, la ruptura por su parte del
pacto que “nunca iba a romper”. – Así es la política – nos dicen, volviendo a
dar otra vuelta al descrédito y desafecto de los ciudadanos hacia ella. Esto y
“todos son iguales” se convierte en el nexo común de los comentarios de los
ciudadanos, mientras toman su café ojeando los periódicos para no gastar. Luego
pasan a la sección de deportes y el llanto por la pérdida de su equipo, el
Athletic por supuesto, se torna en esperanza por los próximos éxitos, que
seguro que llegarán. La Green Capital
sigue su andadura y, por lo que “tuitea” constantemente el PP-alcalde Maroto,
con éxito, aportaciones y apariciones estelares en programas de máxima
audiencia: “Gran Hermano” (al llegar a este punto volvemos a perder el
equilibrio y parpadeamos para cerciorarnos que de que todo esto es posible y no
producto de un mal sueño). Pero la vida sigue, aunque empresas hasta ayer
pujantes amenazan con el cierre si los trabajadores no se avienen a sus
condiciones ¡bendita reforma laboral! O plantean EREs y suspensiones de tamaño
cósmico. Los Indignados vuelven a la
Puerta del Sol en orden y concierto, pues no hay que
confundir libertad con libertinaje, como decía el Caudillo y ahora repite Doña
Soraya, vicepresidenta del Gobierno. Pues nada, a seguir y “prietas las filas,
recias marciales…” como algunos cantaban hace años y otros ahora añoran.
domingo, 6 de mayo de 2012
GOBIERNO LEGÍTIMO
Que un gobierno democrático
legítimo es el “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” lo dijo
Abraham Lincoln en 1863, en el discurso más breve de la historia. En apenas
tres minutos acuñó este concepto que había de pervivir en el tiempo. Hoy, 150
años más tarde, no son muchos los gobiernos que puedan presumir de dicha
“legitimidad”. Ser un gobierno del pueblo es actuar en su nombre; ser elegido
por el pueblo cumple con la segunda condición; pero gobernar para el pueblo ya
no es tan obvio, incluso en muchos de los gobiernos de nuestro entorno
inmediato. En los momentos actuales, en los que la gobernanza de Europa está
tan cuestionada a la vista de los resultados que para los ciudadanos tienen las
medidas que desde allí se imponen, muchos ponen en duda que el fin último de
los que gobiernan sea precisamente el bienestar de los gobernados. O la
felicidad de los mismos que defendía el artículo trece de la vieja Constitución
española de 1812. Son muchas las ocasiones en las que las reglas democráticas
de buen gobierno han sido burladas, prevaleciendo otros intereses sobre los de
los ciudadanos que conforman ese pueblo aludido. Hoy, los intereses de los
poderosos ubicados en el mundo financiero, se alzan inmisericordes ante los
propios Estados que han acudido en su ayuda, con el dinero público, para evitar
lo que creían ser males mayores, y reciben como compensación el castigo de la
especulación por esos mismos beneficiados. Ante ello, son ya muchos los que
pregonan que es necesario cambiar el rumbo, que no se puede condenar a la
paralización de la economía y con ella, al abandono de los elementales derechos
de los ciudadanos. La socialdemocracia consiguió que en los últimos cien años
en Europa disfrutásemos de esa red protectora que constituye el estado de
bienestar. Pero vemos como se destruye, en aras a esos principios
neoconservadores que se nos quieren ofrecer como única solución. Hoy Francia
está hablando. Espero que sus palabras sean las acertadas. Mientras, 8.000
policías tienen que proteger (¿?) en Barcelona a los que controlan nuestro
futuro: los directivos del Banco Central Europeo. ¿Por qué será?.
domingo, 22 de abril de 2012
LOS INTERESES DE ESTADO…Y DE ALGUNO MÁS
Semana prolífica en gestos: los
de un anciano patético recitando apenas diez palabras que intentan justificar
actitudes inoportunas e inapropiadas, pero que ocultan todo un caduco sistema
de organización del Estado. Si incalificables son determinadas conductas, peor
es no saber qué es lo que se oculta tras estás dádivas de oscuros personajes,
ya sean sirios, saudíes o españoles, que organizan cacerías, regalan barcos o simplemente
trafican con intereses de “Estado”. Un sistema que pretende ser democrático y
transparente, como al parecer quiere el actual gobierno, no puede volver la
cabeza ante estos juegos de intereses que si, como alguno defiende, son
necesarios para que nuestras empresas vendan trenes, exporten máquinas (o
armas) y se hagan un sitio en los mercados internacionales, esconden corrupción
y podredumbre en su gestión y consecución. La indignación ante las supuestas
tropelías que Argentina hace con empresas españolas, que fueron previamente
privatizadas, no se aprecia de igual manera cuando alguna de esas empresas
realiza verdaderos expolios en los países a los que ha trasladado su actividad,
deslocalizando sus recursos para aumentar sus beneficios. – Es la ley del
mercado – se nos dirá, y por esta misma ley en los momentos actuales sufrimos
los ataques más virulentos a los servicios que el Estado ha de prestar a los
ciudadanos. El presidente Rajoy, con la toga y birrete de doctor “honoris
causa”, nos pide que demos unos pocos euros para salvar el Estado de Bienestar.
Y lo pide a los pensionistas, a los que más necesitan de ayuda, a los enfermos.
Mientras anuncia amnistías fiscales para los que defraudaron, sin ni siquiera obligarles
a que inviertan en ayudar a la financiación del sector público, que deja en manos
de los bancos a los que previamente se les facilita el dinero al uno por ciento
para que lo presten al Estado al seis. En la vecina Francia, el candidato
socialista abomina del FMI y dice no estar dispuesto a hundir su país como
consecuencia del control del déficit que impide el crecimiento. Ganará las
elecciones ¿Qué tiene que pasar para que aquí nos demos cuenta del error?
domingo, 15 de abril de 2012
BIENVENIDOS AL SIGLO XIX
Por más esfuerzos que se hacen
estos días por hablar de algo distinto de la situación económica y laboral,
todo es inútil. Queremos evadirnos de esa pesadilla que nos acecha cada mañana
cuando ponemos la radio, o leemos la prensa, y nos enteramos de la caída de la
bolsa, o la subida de la prima de riesgo, aunque no tengamos acciones que
pierdan su valor, ni sepamos muy bien qué es eso de la “prima” y cómo influye
en nuestras vidas. De alguna manera intuimos que todo va mal y algunos, muchos,
ya lo están comprobando en su propia carne. O en la de su familia o amigos.
Cada vez hay alguien más cercano que padece los reveses de esta situación; y,
lo peor de todo, es que cada medida que toma el gobierno de turno, parece
perjudicar más al que está en situación más delicada. De todas las que toma la Reforma Laboral
del PP, hay una que me ha hecho retrotraerme a finales del siglo XIX en aquella
Inglaterra preindustrial de naves hacinadas con trabajadores que trabajaban
hasta la extenuación por miedo al despido: El anuncio de que si faltas por
enfermedad nueve días en dos meses, es causa justificada de despido, si el
empleador así lo considera. Y no puedo abstraerme de pensar en aquella
bronquitis que me tuvo más de una semana en la cama o cuando una pequeña
operación se complicó y pasé veinte días en el hospital. Hoy, si mi empleador
así lo considera, me podría poner en la calle con la indemnización más baja de
la historia de la democracia. ¿Arreglaran estas medidas la situación económica?
¿De quién? ¿Realmente se piensa que con facilitar el despido, “flexibilidad” lo
llaman, con medidas como éstas vamos a volver a la senda del crecimiento
económico? El Gobierno del Estado se afana en aprobar reformas en la Ley de Estabilidad
Presupuestaria, con el beneplácito de partidos nacionalistas que habían
abominado de la misma hace pocos meses, limitando nuestras posibilidades de
gasto por la vía de reducir el déficit hasta el cero absoluto. Toman medidas
que reducen las capacidades en educación y sanidad de las Comunidades Autónomas
sin previamente preguntarles cual podrían ser éstas. Todo vale ante el “dictat”
de Doña Ángela. ¿Sometimiento, ignorancia o será simplemente ineptitud?
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