domingo, 8 de abril de 2012

SEMANA DE PASIÓN... Y LO QUE FALTA



Denominar a la pasada semana como la “semana de pasión” no deja de ser un recurso manido y poco original. Lo se, pero sinceramente no se me ocurre otro adjetivo que mejor defina los acontecimientos que la han marcado. Los presupuestos presentados, los recortes que contienen, las recomendaciones de Europa y la actitud de nuestros gobernantes, han constituido una verdadera pasión que acaba en el Gólgota del desamparo. ¿Cómo si no ha de sentirse el que ha perdido su trabajo o ha agotado sus subsidios y lo único que percibe es la bajada importante de los fondos que le evitarían la marginación social? ¿O el estudiante que para continuar sus estudios precisa la beca que con tanto esfuerzo mantenía y que ahora se disminuyen tan ostensiblemente? ¿O aquella ayuda, siempre menor que la precisa, que permitía un descanso en el cuidado del anciano y que se reduce, cuando no desaparece? Son muchos los ejemplos que van a verse afectados en lo que conocemos como Estado de Bienestar. Teníamos menos que otros paises europeos pero ahora nos dicen que gastábamos más que lo que podíamos. ¡Qué paradoja! Mientras organizan una amnistía fiscal para los que defraudan, preparan ya el aumento del IVA, que es la forma rápida de recaudar más fondos para disminuir ese terrible mal al que llaman déficit. Pero es preciso contentar a ese monstruo del mercado que nadie es capaz de definir ni, al parecer, de contentar. La prima de riesgo, es decir la avaricia del especulador, sube sin parar y el Banco Central Europeo lo permite, cansado ya de ayudar a la maltrecha economía española. Antes teníamos un causante del mal: la debilidad del Presidente Zapatero ante Europa, ahora comprobamos la “fortaleza” del Presidente Rajoy cediendo ante las exigencias, y malos modos en ocasiones, de los mandatarios europeos. Eso si, seguimos defendiendo sin el más mínimo pudor, que la culpa de todo lo que está pasando la tuvieron los de “antes”. Ahora todos llevamos el paso a cuestas pero algunos van de mayordomos ¡Y pensar que hay tanta gente que llora porque llovió el jueves santo!

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