domingo, 21 de enero de 2007

LA IMAGEN DE LA CIUDAD

Hace poco reflexionábamos sobre Quién o Qué hacia la ciudad y veíamos que son muchos los agentes que logran que las ciudades sean lo que vemos y disfrutamos. O sufrimos, que de todo hay. Sin duda el paso del tiempo conforma una determinada forma de “ser”. La cultura, las modas, los personajes o incluso unos acontecimientos inesperados acaban confiriendo a las ciudades su apariencia y también su alma. La Vitoria Gasteiz de hoy no se podría entender sin las luchas banderizas en sus cerradas calles y cantones del casco medieval o sin la apertura a la modernidad que supuso la Plaza Nueva del arquitecto Olaguibel. O aquella alocada huida de Bonaparte perseguido por el General Álava y las tropas de Wellington cruzando el espacio del antiguo mercado que luego fue Plaza de la Virgen Blanca. Quisieron, a principio del pasado siglo, rememorar aquel hecho y colocaron el monumento a la Batalla de Vitoria que ahora, junto con la Plaza, constituye, a decir de algunos, la imagen de la ciudad. Quizás se hable de la imagen hacia el exterior y con razón, pero cada uno de nosotros tenemos impresa en nuestra conciencia la imagen que mejor nos identifica el sitio en el que nacimos o vivimos. Para unos será el Instituto que tantas jornadas nos acogió o quizás aquel trozo de calle en donde jugábamos con los amigos. Cuando estas referencias cambian a la fuerza surge la polémica sobre la oportunidad o necesidad de dicho cambio. Y la Plaza de la Virgen Blanca no iba a ser menos. Salta la polémica cuando como caídos del cielo se nos empiezan a presentar imágenes nuevas, proyectos más o menos novedosos, sin que nadie nos acabe de explicar la razón última de acometerlos. ¿Son problemas funcionales los que impelen al cambio? ¿Acaso su estado aconseja una completa renovación? ¿Existe un clamor ciudadano para cambiar una determinada imagen? Nada de esto se nos aclara. Lo más seguro es que tenga razón el alcalde cuando dice que ha fallado la comunicación pero ¿no habrá fallado también la sinceridad al explicarnos porqué se quiere cambiar?

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